lunes, 28 de abril de 2014

Hasta siempre, maestro Vigas


semblanza
Mi animal de costumbre, 1977, Óleo sobre tela, 201 x 151 cm.
Oswaldo Vigas es considerado uno de los más importantes artistas plásticos en Latinoamérica debido a su trabajo permanente de exaltación de la identidad del continente. Nació en Valencia, Estado Carabobo un 4 de agosto de 1926, siendo hijo del doctor José de Jesús Vigas y de una descendiente del pintor Arturo Michelena, Nieves Linares.
En 1941, luego de haberse iniciado en el taller de Braulio Salazar y teniendo 16 años, hizo sus primeras obras, entre las que suelen recordarse las ilustraciones del poemario de su autoría Libro de Poesía, puesto que obtuvieron la primera distinción en el I Salón de Exposición de Poemas Ilustrados efectuado en el Ateneo de Valencia.
En el año 1943 su obra Hojas rojas —con gran interés en un cubismo que no abandona la figuración— lo hizo merecedor de la medalla de honor en el Primer Salón Arturo Michelena.
En 1945 Oswaldo Vigas se trasladó a Mérida para estudiar la carrera de medicina en la Universidad de Los Andes, institución en la que también participó activamente en sus dinámicas culturales. También fue en esta ciudad donde se comenzó a sentir atraído por las formas femeninas manifiestas en la cerámica precolombina.  Culminó  la carrera de médico años más tarde en Caracas —aunque nunca la llegó a ejercer— en la Universidad Central de Venezuela. En su etapa de estudiante se integró al Taller Libre de Arte de Caracas y fundó, junto con otros artistas, la revista Taller.
1952 fue considerado por el propio Vigas como el año más importante de su vida, debido a los reconocimientos recibidos: fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad Nororiental Gran Mariscal de Ayacucho, con la obra Gran bruja se hace acreedor del Premio Nacional de Artes Plásticas en el XIII Salón Oficial Nacional de Arte Venezolano, le otorgan el Premio John Boulton y gana el Primer Premio en el Salón Arturo Michelena (recibido nuevamente en 1962).
El artista se fue a París en 1953, cuando trabajó en el taller de Litografía de Marcel Jaudon en la Escuela Superior de Bellas Artes, así como en el taller de grabado de Heiter. Estando en Francia también tomó cursos libres de Historia del Arte en la Sorbona. Fue precisamente en París donde realizó las propuestas de los cinco murales en mosaico de la Ciudad Universitaria de Caracas, tras la invitación que le hiciera el arquitecto Carlos Raúl Villanueva.
En 1957 regresa a Venezuela y expone su serie Objetos en la Sala Mendoza —obras de acabado gestual con gran interés en su vínculo con las expresiones visuales prehispánicas. En 1958 retorna a la ciudad de las luces para desempeñarse como agregado cultural de la Embajada de Venezuela y en 1959 recibe dos reconocimientos en Colombia: el Premio de Adquisición en la Exposición de Arte Latinoamericano del Museo de Cartagena, y la Primera Mención Especial en la I Bienal de Arte Latinoamericano en el Museo de Arte Moderno de Sogamoso.
Participa en la elaboración del Manifiesto de los Intelectuales (suscribiéndolo) contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en 1958.
Fue comisario de la XXXI Bienal de Venecia por Venezuela en 1962 y en 1965 es nombrado Director de Cultura de la Universidad de Los Andes y funda, al lado de Juan Astorga Anta, el Museo de Arte Moderno de esa ciudad (hoy MAMJAA).
A partir de 1970 se establece en Caracas y un año más tarde es nombrado Director de la División de Arte del INCIBA. En 1972 viajó a Estados Unidos, donde desarrolló varias serigrafías y entre 1974 y 1976 forma parte de la comisión preparatoria del CONAC y de las juntas asesoras del Museo de Bellas Artes y la Galería de Arte Nacional. En 1979 la GAN organiza una muestra antológica de sus obras realizadas entre 1943 y 1977.
En 1983 realizó guaches y gráficas inspiradas en Simón Bolívar y en 1985 presentó sus primeras esculturas en bronce como resultado de sus experimentaciones anteriores con la cerámica. En estos años las pinturas de Vigas se alejan de las formas figurativas para aproximarse a una geometría lineal marcada siempre por un insistente carácter gestual.
En 1990 el entonces Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Imber (MACCSI), nuestro museo, organizó una retrospectiva en torno a su obra. La exposición, titulada Vigas. 1942 al 1990 —con textos de Eduardo Planchart— contó con más de 200 obras e incluyó pinturas, dibujos, tapices, cerámicas, joyas y artesanías. Esta exhibición motivó la producción de una de las ediciones de documentales de Cuadernos Lagoven titulada Oswaldo Vigas. Renovación en el origen (25 min). Ese mismo año fue invitado a Montreal para participar en Latinarca 63: Maestros del arte latinoamericano contemporáneo.
En 1992 ganó el XXVI Premio Internacional de Arte Contemporáneo de Montecarlo con la obra Crucifixión VII y en 1993 el Palacio de la Moneda de París organizó la muestra Vigas desde 1952 hasta 1993 con 137 creaciones entre guaches, pinturas, esculturas, cerámicas y dibujos.
En el año 1996 la Casa de las Américas abre la exhibición Oswaldo Vigas. Un hombre americano (La Habana), con motivo del tercer aniversario de la Casa Simón Bolívar y en 1999 es homenajeado en la séptima edición de la Feria Iberoamericana de Arte (FIA, Caracas).
Recibió la más alta distinción otorgada por el Ministerio de la Cultura de Francia: Commandeur de l’Ordre des Arts et des Lettres, en 2008.
En 2012 fue condecorado por el rey Juan Carlos I de España por su destacado aporte al Arte Latinoamericano, con motivo de la celebración del bicentenario del Tribunal Supremo de Justicia de ese país.
El maestro Vigas realizó innumerables muestras individuales alrededor del mundo, asimismo son incontables sus participaciones en Bienales y otras exposiciones de gran importancia internacional; fue patrocinado por organismos de reconocida talla a nivel planetario, como el Smithsonian Institut; formó parte de asociaciones de artistas a nivel nacional e internacional como la Abstraction-Creation (París, 1931), entre otras; fue fundador de varias revistas de arte y literatura; obtuvo incontables premios y reconocimientos; cuenta con varias publicaciones de estudios críticos sobre su obra como la del noruego Karl K. Ringström (1964), la de Juan Sánchez Peláez (1966) o la del francés Gastón Diehl (1990); compartió de cerca con artistas como Pablo Picasso, Wifredo Lam, Oswaldo Guayasamin, Fernand Leger, Auguste Herbin, Jean Dewasne, Jean Arp, Víctor Vasarely, entre muchos otros; colaboró con la configuración de las estructuras institucionales del Estado venezolano en relación con el campo del arte, y fue un incansable promotor de la afirmación del arte y la cultura mestiza latinoamericana en Europa, Asia y América.
Sus obras se encuentran en numerosas colecciones nacionales e internacionales, públicas y privadas. El Museo de Arte Contemporáneo cuenta con cinco de sus más importantes obras: los óleos sobre tela La koré (1965); Tacarigüense (1966) y Mi animal de costumbre (1977); la serigrafía Ceremonial (1985) y la escultura en bronce La mantuana (1990).
Este baluarte que fue Oswaldo Vigas, falleció el pasado 22 de abril de 2014 en Caracas, dejando un legado ineludible para la cultura venezolana, latinoamericana y del mundo.
Albeley Rodríguez B.
Caracas 27 de abril de 2014

Referencias
Benko, Susana (2010) "Oswaldo Vigas. América mítica y fabulada. Una visión retrospectiva de su arte", Art Nexus # 77 Vol 9, pp. 60 -64.

Lemogodeuc Jean-Marie y Carlos Silva, (2002) Oswaldo Vigas. Ideografías de París 1952 -1957, Caracas, Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Imber, p. 68.
Planchart, Eduardo (1990) Vigas 1942 al 1990. Lo figurativo y lo telúrico, Caracas, Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Imber, p. 80.

Niño Araque, Esmeralda, “Vigas Oswaldo” en Diccionario Biográfico de las Artes Visuales en Venezuela, Caracas, Ministerio de la cultura, CONAC, Fundación Galería de Arte Nacional, Fundación Cisneros y ECONOINVEST, pp. 1366 -1369.

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